Por: Francisco J. Lifante

Contexto general de los últimos días de la República en Alicante:

La represión franquista en Monforte del Cid no fue distinta que en otros lugares de España. Si acaso, fue mayor por ser Monforte, uno de los últimos bastiones republicanos, viendo pasar a los últimos refugiados dirigirse al puerto de Alicante para, allí, vivir los angustiosos coletazos del que sería el asesto del golpe definitivo al legítimo orden constitucional de la República Española.

En marzo de 1939 el puerto de Alicante se encontraba bloqueado por la armada del general Franco y aviones de la Alemania nazi, lo que convirtió en tarea casi imposible la llegada de los barcos contratados por el gobierno de la Segunda República para evacuar a los miles de refugiados hacinados en el puerto. La amenaza de hundimiento provocó que la gran mayoría de navieras incumplieran sus acuerdos, ya pagados, y desistiesen de acercarse a aguas españolas.

El 28 de marzo de 1939 el Stanbrook se hallaba fondeado en el puerto de Alicante esperando cargar naranjas y azafrán. El capitán del barco, el galés Archibald Dickson al ver a los miles de refugiados que había en el puerto, desafió la orden que había recibido del propietario del carguero Jack Billmeir de no evacuar civiles y acogió a todos los que cupieran a bordo.

«Después de 22 horas de travesía –durante la cual el capitán Dickson, según contó él mismo, suministró «a los refugiados más débiles un poco de café y un poco de comida»– el Stanbrook llegó al puerto de Mazalquivir cerca de Orán. Cuando supieron de la llegada del barco, residentes españoles en Orán les llevaron en barcas alimentos y medicinas. Dos días después –gracias a las gestiones del capitán Dickson– las autoridades coloniales francesas dejaron desembarcar a las mujeres y a los niños, siendo acogidos en la antigua prisión del Cardenal Cisneros –«nos trasladaron a un lugar para ducharnos y desinfectarnos; no fue un buen recuerdo, era un lugar oscuro, húmedo y frío, y unos hombres nos vigilaban incluso a las mujeres desnudas»

Su capitán, Archibald Dickson, salvó más de 2.500 personas de una muerte segura en un barco con capacidad para 24 tripulantes,  fue el único que se atrevió a romper el bloqueo fascista (jugándose el tipo) y socorrer a toda aquella gente que había quedado en el puerto de Alicante (unas 15.000 personas). Aparte de ser un valiente, demostró ser un gran marinero para llegar con esa cafetera escorada de babor hasta Orán.

En lo que respecta a los que no pudieron salir en ese barco, en Monforte hay varios ejemplos de personas represaliados, con penas que fueron desde el arresto domiciliario, invalidación como persona civil, trabajos forzados, pasando por la prisión menor o mayor, hasta llegar a la más letal de las condenas: los fusilamientos.»

En Monforte del Cid: primero vecinos, no enemigos.

De los 3200 habitantes que tenía Monforte del Cid en 1939, noventa de ellos fueron represaliados «oficialmente». Muchos de ellos a condenas menores por haber tratado de ayudar a vecinos del otro bando como Pascual Pastor, de mote «Serrillo», Presidente de la CNT y Vicepresidente de la Cruz Roja en el comité de Monforte, cuya pena se vio atenuada por actuar como testigo de descargo a favor de componentes del Bando Nacional en los juicios populares.

Otro ejemplo significativo fue el de Francisco González «Lecher», que avisaba a los señalados por los anarquistas eldenses para que se escondieran y no ser capturados. De estas dos personas hablaré en artículos monográficos, así como de otras personas relevantes que fueron represaliados, la mayoría de veces con la imputación de cargos falsos ya que, documentalmente, está demostrado que no podían haber cometido esos delitos, o era físicamente imposible que estuvieran en su lugar de detención, a pesar de que en sus fichas figuren estas falsedades, con el único objetivo de atribuirles delitos e incautaciones que nunca tuvieron lugar.

Monforte del Cid, siempre ha sido un pueblo muy peculiar, como todos sabemos. Y eso produjo algunos casos paradójicos, en los que los propios vecinos se ayudaban unos a otros, independientemente del bando, evitando así que no fueran detenidos y/o fusilados durante la contienda. Incluso, ya acabada la guerra, el propio alcalde encerraba a los «fichados» en aquellos días señalados en los que venía alguna autoridad, incluso, el mismísimo Franco, cuando pasó por Monforte, liberándolos pasada ya la tormenta.

En lo que corresponde a mis breves investigaciones, para comenzar por el momento, les facilitaré el listado de represaliados que figura en la web «Memoria recuperada», web de referencia de la Universidad de Alicante. Aquí podrán ver los nombres de aquéllos de los que consta expediente. Hay que reconocer que la universidad ha hecho un gran trabajo, también a través de su web «Archivo de la Democracia», conjuntamente con la «Comisión Cívica por la recuperación de la Memoria Histórica de Alicante» al igual que el Archivo Histórico Provincial de Alicante (AHPA), en donde podremos encontrar los legajos originales de parte de la documentación de los juicios sumarísimos franquistas.

Sólo tienen que pulsar en el nombre que les interese. Junto al nombre aparecen tantas pestañas como expedientes consten, y el archivo de donde se han sacado los datos. También en algunos casos, se hace una breve reseña histórica de los cargos que se les imputan, que hay que cogerlos con pinzas ya que, repito, son cargos muchas veces inventados, y siempre según los tribunales creados especialmente para la represión de los disidentes. Continuará…