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Conocida por los nombres castellanos de albahaca, basílica o en el Mediterráneo sur como «alhábega», es una de las plantas aromáticas más apreciadas por los gastrónomos del mediterráneo, donde se cultiva desde hace más de 2.000 años tanto por su aroma, penetrante y refrescante, como por sus propiedades medicinales.

 

Propiedades y usos medicinales

Ilustración descriptiva de la planta

Las sustancias oleosas que concentran en flores y hojas permiten obtener por destilación el aceite esencial de albahaca con propiedades digestivas, calmantes, narcotizantes e incluso insecticidas.

Las propiedades de la albahaca se centran en sus hojas, que se pueden utilizar en infusión a partir de la planta seca o fresca, y en sus flores que concentran gran parte del aceite esencial.

Este líquido destilado de albahaca es rico en metilcavicol, linalol, eugenol, cineol y además contiene saponinas, lo que confiere a la planta diversas propiedades internas tales como digestivas, antiespasmódicas, contra los gases, sedantes o contra la desnutrición, debiendo controlar la dosis aplicada para evitar los efectos narcóticos que produce. Además, externamente se emplea de analgésico o calmante para el tratamiento muscular y como antiséptico. La planta contiene también taninos, ácidos orgánicos, sales minerales y vitaminas que justifican su consumo alimentario.

En la antigüedad la raíz de albahaca era utilizada durante el parto por sus propiedades calmantes para mitigar los dolores. La albahaca pulverizada se utilizaba antiguamente para provocar el estornudo.

Gastronomía

Variedades de albahaca

Su paladar dulce, refrescante y la posibilidad de mezclarse con otras hierbas aromáticas también frecuentes en el Mediterráneo permiten que se emplee tanto en platos fríos como ensaladas, postres de fruta, tablas de quesos; como calientes como asados de carne, salsas, sopas, tortillas o guisos.

En la gastronomía mediterránea se diferencian dos variedades de alhábega: la fina y la basta, dependiendo de la fragancia o juventud de sus hojas

Orígenes e historia de la alhábega:

La albahaca, Ocimum basilicum, es una planta aromática originaria de la India donde simboliza al dios hinduista Vishnu, siendo los griegos los que introdujeron la especia en Europa hace más de 2.000 años. Esta planta, a la que también se le da el nombre de basílico, proviene del término griego basilikon o Basileus (rey) cuyo significado es real o regio.

Una leyenda helena narra como Santa Elena, madre del emperador Constantino, encontró la Santa Cruz bajo un terreno cubierto de albahaca, por lo que es conocida como la planta real o ‘planta de los reyes’ , consagrándola  este pueblo a su dios Marte al tiempo que la asociaba con el duelo y la desgracia.

También los egipcios conocían sus poderes y la empleaban como un componente para embalsamar. Sin embargo son los romanos los que más la incorporan en sus costumbres, por un lado su uso se asocia a la pasión y fecundidad convirtiéndola en símbolo de los enamorados y, por otro, es un ingrediente habitual en los platos más internacionales de su cocina, donde aún sigue reinando sobre el resto de las especias.

El vocablo castellano albahaca proviene del árabe al-habak, cultura que lo emplea abundantemente en su cocina tradicional dejando numerosas huellas en la gastronomía mediterránea.

Edad Media

En el medievo la albahaca era una planta muy empleada para tratar males como la depresión, las verrugas, el resfriado común o mitigar los dolores de parto tal como recoge el ilustre alquimista, conocido médico de reyes y papas, Arnau de Vilanova en su libro de recetas mágicas ‘Thesaurus pauperum‘, donde se indica que su olor incrementa el dolor de cabeza. Popularmente atraía el mal de ojo, ya que quien quisiera demostrar su enemistad a alguien le ofrecía públicamente un ramillete de esta planta. En contraposición mantiene su asociación con el amor, por lo que las doncellas colocaban un ramillete en la ventana con el fin de atraer a sus enamorados.

Los sacerdotes cristianos emplean la albahaca junto con otras hierbas aromáticas mediterráneas para bendiciones en romerías y procesiones de muchas localidades del sureste español.

En Monforte del cid es conocida por el nombre popular de alhábega, procedente del catalán alfàbrega o alfàbega, voz recogida en el primer Diccionario de la Lengua Castellana (1726) por el académico murciano Padre Bartolomé de Alcázar.

También esta planta forma parte en la tradición monfortina, como símbolo de la devoción a San Roque y, en la Región de Murcia, a Nuestra Señora de la Asunción, celebrada en agosto en Villanueva del Río donde los villanovenses se agolpan alrededor de los tronos para intentar quitarle los ramos de alhábega con los que están decorados.

 

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Redacción

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